Los spas derivan su denominación del latín spa (salutem per aquam), que se utilizaba en tiempos de las legiones romanas para referirse a la zona de los cuarteles destinada a lavar y relajar el cuerpo.
Quienes vivimos estresados en ciudades sin tradición termal tenemos la opción del spa urbano, un centro de día donde pasar unas horas en contacto con el agua y relajarnos una bien merecida tregua de las ocupaciones diarias.
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